¿Que sería un nuevo Contrato de Ciudadanía Social?
A pocas horas de cumplirse la primera semana de gestión del nuevo Gobierno Nacional, la Presidencia de Fernandez, la gestión de "todos" los y las argentinas y del presidente de la "unión nacional" como repetía la regresada locutora kirchnerista me parece importante resaltar una frase, un concepto que Alberto Fernandez resaltó en su primer discurso como Presidente de Argentina ante la Asamblea Legislativa.
"Vengo a convocar a la unidad de toda la Argentina en pos de la construcción de un nuevo contrato de ciudadanía social que sea fraterno y solidario"
Así como en un momento el inmortalizado Nestor Kirchner vino a proponer un sueño hoy Alberto Fernandez viene a hacer una invitación, una convocatoria, pero ¿qué sería un nuevo contrato: ciudadano, social, fraterno y solidario?
Generalmente se habla de un nuevo contrato social, inclusive la misma Cristina fue quien en la presentación de su libro "Sinceramente" acuño este termino cuando dijo “Nuestro país necesita de un nuevo contrato social” ante su primer auditorio y a partir de allí se convirtió en eje de la Plataforma Política y Electoral que compuso al "Frente de Todos", pero hoy Alberto le incorporó unos conceptos que si pasan de la idea, del concepto a la praxis serán de gran importancia, relevancia y trascendencia. El Presidente habló de ciudadanía social.
Me quiero detener en este punto de partida, lo primero en destacar es que lo social y lo ciudadano no es lo mismo, aunque muchas veces se los confunden, no estamos hablando del mismo tema, son dos conceptos distintos, obvio que se relacionan intrínsecamente y es mas el ciudadanismo necesita de un desarrollo y progreso social importante para tener mayor relevancia.
La implementación de políticas sociales facilitan el ejercicio pleno de la ciudadanía y a su vez este "ciudadanismo" permite la conquista de nuevos derechos sociales, colectivos y sectoriales. Las políticas sociales trabajando sobre la asistencia, el individualismo, la particularidad de una problemática, las personas cumplen una función pasiva, son consumidores de un "Estado de Bienestar", donde éste le brinda aquello que considera necesario para elevar su calidad de vida.
Mientras que en el ciudadanismo plantea el desafío de salir de estado de pasividad y pasar a la acción, que el individuo en una sociedad no sea solo consumidor sino generador, productor y auditor de las políticas públicas aplicadas por parte del Estado, la idea es ser sujetos de derechos y no objetos de derechos.
El ciudadano debe ser una persona comprometida con su entorno y contexto social, desprendido de su particularidad y de cualquier idea solo partidaria posible, nunca despolitizado, siempre movilizado y resaltando loa valores democráticos, republicanos e institucionales necesarios.
Estoy convencido que cuando el Presidente habla de ejercer un contrato de ciudadanía entiende que solo las políticas sociales para combatir el hambre, estilizar la salud, intensificar la educación y mejorar la empleabilidad no son suficiente sino se da el paso evolutivo de formalizar e institucionalizar todas las conquistas que muchas veces son realizadas por movimientos o expresiones populistas de manera irregular y sin bases fuertes, ni sustentables que le permitan enfrentar crisis, esto es porque son receptoras de un estado matrialcal, sobreproteccionista y muchas veces absorbente, donde solo hay una relación de dependencia y proveduría por parte de el Estado.
Tal como lo establece el Frente de Todos en su plataforma, se deben definir compromisos para el mediano y largo plazo, que permita “superar las crisis cíclicas que han caracterizado a nuestra historia”. Para empezar a resolver la situación crítica y preocupante, la urgencia y la inmediatez aplicaremos políticas sociales, pero para superar la crisis necesitamos de políticas ciudadanas.
Los políticos, aquellos que han tenido la oportunidad de administrar el Estado, han venido implementando "políticas publicas" que no han logrado resolver los grandes problemas, se atienden las consecuencias no las causas, se visualiza la punta del iceberg, se resuelve lo urgente y no lo necesario, las soluciones muchas veces han sido solo placebos, no mejoras y transformaciones integrales y perdurables. Hoy la situación es mas complicada porque a los problemas existente inresueltos se le han sumado nuevos, propio de la modernidad y la globalización, y es por ello que debemos implementar políticas publicas de innovación ciudadana que nos obligue ir hacia un Estado mas moderno y ágil, hacia un Estado de mayor participación ciudadana, y pasar de una democracia representativa (muchas veces solo delegativa) a una democracia participativa.
Este contrato de ciudadanía social debe ser fraterno, es decir es ver otro como un par, como un igual, como un hermano, aunque suena a un concepto romántico, es la necesidad de salir de una política de la rivalidad y la destrucción por la destrucción misma. Es la concepción de un Estado como una familia donde con muchos se tendrán desacuerdo, pero eso no implica coartar la posibilidad de sentarnos en la misma mesa, dialogar y debatir el futuro, marcar posiciones y concertar cuando sea necesario. Muestra de esto fue el "abrazo fraterno" de Alberto Fernandez y Mauricio Macri en la Asamblea Legislativa, y esto no implica que Macri se halla convertido en Peronista, ni que Fernández se halla afiliado al PRO, sino que representa la tolerancia y el respeto, que son las bases de la fraternidad y ademas el respeto a la institucionalidad y al Estado Democrático, porque como decía Juan Domingo Perón "primero la patria, después el Movimiento y luego los hombres" o el mismísimo Raúl Alfonsín "Los hombres pasan, las ideas y las instituciones quedan y se transforman en antorchas que mantienen viva a la política democrática”.
Por ultimo, y obvio no por ello menos importante, este nuevo pacto social debe ser solidario y no puede ser de otra manera. Debemos despertar el espíritu de la solidaridad y empatía, si ya tuvimos la capacidad concertar un nuevo contrato, el mismo tiene como valor la fraternidad, que no mas que el respeto y la tolerancia, ahora debemos ejercitar la entrega desinteresada de un parte de nosotros, esto no quiere decir económica o material, sino orgánica, de predisposición para compartir y construir un todo unido y compacto, porque somos un Estado, pero sobretodo una Nación, y como muchos la soñaron, por este camino se levantará de la faz de la tierra la nueva y gloriosa Nación Argentina.
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